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El cierre de las fronteras de los países asiáticos para las importaciones de residuos ha derivado en la acumulación de más de 6 millones de toneladas de papel y cartón recuperados en las plantas de gestión europeas, como es el caso de la gestora del Grup Vilà Vila, DesCat.

En concreto, España pasó de exportar 671.474 toneladas en 2017 a exportar 348.899 en 2018, representando tan solo un 7% de los 4,5 millones de toneladas de papel y cartón que se recuperaron aquel mismo año, las cuales provenían de Francia (988.968 toneladas), Portugal (219.232 toneladas) y los Estados Unidos (25.257 toneladas).

Debido a este hecho, los precios del mercado para este material han caído hasta unos niveles que no permiten ni tan solo cubrir los gastos de recogida y condicionamiento de los materiales. Por este motivo, transportistas y gestores de estos materiales podrían verse obligados en el futro a aplicar una tasa para este tipo de residuos.

Si esta situación persiste, las empresas recuperadoras corren el riesgo de colapsar, poniendo en peligro los avances que se han alcanzado los últimos 20 años, y dificultando el cumplimiento de los objetivos cada vez más ambiciosos de la Unión Europea.

A día de hoy, el 80% de los materiales a reciclar provienen de los embalajes de los comercios, grandes superficies de distribución, puntos limpios, la propia industria papelera y el 20% restante se obtiene de la recogida que utiliza la ciudadanía. No obstante, los nuevos hábitos de consumo como consecuencia del comercio electrónico, están incrementando la generación de residuos de embalajes en los domicilios particulares, haciendo que sea más importante la contribución ciudadana para separar correctamente estos materiales.

El papel y el cartón clasificado y empaquetado ya podría ser utilizado como materia prima en las industrias que fabrican nuevos materiales, por este motivo, el Ministerio para la Transición Ecológica ha lanzado a consulta pública una Orden Ministerial sobre el fin de la condición de residuo del papel recuperado, pero según los recuperadores, para conseguir implementar un modelo económico circular, antes debe simplificarse la normativa y los trámites burocráticos.